El Castillo de Dunnottar, en escocés Dùn Fhoithear, es una fortaleza ubicada sobre por el rugido de las olas y la fuerza del viento. Este castillo encarna el espíritu indomable de la historia escocesa. Sus ruinas, cargadas de historia y resistencia, han sido testigos de asedios, conspiraciones y eventos cruciales que forjaron el destino de Escocia. Con su imponente posición y su apariencia indomable, Dunnottar se alza como un bastión inexpugnable, donde el pasado se funde con la inmensidad del mar.
UBICACIÓN
El castillo de Dunnottar está situado en la costa noreste de Escocia, aproximadamente a 3 kilómetros al sur de la población de Stonehaven, en el condado de Aberdeenshire. Se encuentra sobre un promontorio rocoso que se eleva a unos 50 metros sobre el nivel del mar, rodeado por tres lados por acantilados escarpados y el Mar del Norte.
HISTORIA
El castillo de Dunnottar se comienza a construir entre los siglos XIII y XIV d.C. sobre un escarpado promontorio rocoso que domina el mar del Norte. Su ubicación estratégica, casi inaccesible por tierra y defendida naturalmente por acantilados, lo convierte en un lugar ideal para una fortificación. Aunque se cree que hubo asentamientos anteriores en el lugar, el castillo como tal toma forma durante la época medieval, consolidándose como una de las fortalezas más importantes del noreste de Escocia.
En el siglo XIII d.C., durante las Guerras de Independencia de Escocia, Dunnottar desempeña un papel crucial. Se dice que en 1.297 d.C., el legendario William Wallace asedia la fortaleza, destruyendo a las tropas inglesas que la ocupaban. Posteriormente, Dunnottar se convierte en un baluarte de resistencia contra los invasores ingleses, sirviendo como símbolo de la lucha por la independencia escocesa.
En el año 1.336 d.C., el rey Eduardo III de Inglaterra ordena a William Sinclair reparar y fortificar el castillo, parcialmente destruido. El objetivo es usarlo como avanzada en la ofensiva en el norte de Escocia. Sin embargo, ese mismo año, el regente escocés Sir Andrew Murray ataca Dunnottar, destruyéndolo de nuevo. Poco después, la plaza es entregada a William de Moravia, quinto conde de Sutherland, quien 1.346 d.C. reconstruye la fortaleza. En apenas 13 años, alrededor del 1.359 d.C., Dunnottar se convierte en la residencia de William Keith, Mariscal de Escocia, tras su matrimonio con Margaret Fraser, sobrina de Robert Bruce.
Keith completa la construcción de una torre del homenaje, aunque al edificarla en terrenos consagrados pertenecientes a la iglesia parroquial, es excomulgado. Para resolver el conflicto, Keith provee una nueva iglesia fuera del castillo, cerca de Stonehaven y solicita al papa Benedicto XIII que levante la excomunión, lo cual se logra mediante una bula papal en 1.395 d.C. En los siglos siguientes, los descendientes de William Keith, los condes Marischal, consolidan su dominio sobre Dunnottar y lo transforman en una de las fortalezas más importantes de Escocia.
En el año 1.651 d.C., durante las Guerras de los Tres Reinos, Dunnottar se convierte en el lugar donde se protegen los Honores de Escocia, símbolos de la soberanía escocesa y representados en la corona, el cetro y la espada. Las tropas inglesas de Oliver Cromwell asedian durante ocho meses el castillo, que pese a caer, preserva los Honores de Escocia al esconderlos en una iglesia cercana.
En el siglo XVIII d.C., tras las rebeliones jacobitas, Dunnottar pierde su importancia estratégica y entra en declive. Las familias nobles abandonan Dunnottar, y la fortaleza cae en ruinas, expuesta a los elementos y al paso del tiempo. Sus muros desgastados y sus torres semiderruidas se convierten en un símbolo romántico de una era pasada.
Hoy, el Castillo de Dunnottar se mantiene como una de las atracciones más icónicas de Escocia. Sus ruinas, rodeadas de un paisaje dramático, narran siglos de historia de batallas, resistencia y leyendas. Los visitantes pueden recorrer sus pasillos y estancias, contemplar las vistas del mar del Norte desde sus acantilados y revivir la grandeza de un castillo que encarna el espíritu indomable de Escocia.
QUÉ VER EN EL CASTILLO DE DUNNOTTAR
El castillo de Dunnottar es de propiedad privada, por tanto no es posible visitarlo con el Explorer Pass. Las ruinas del castillo están en buen estado de conservación y con una buena puesta en valor, pero es algo escaso en información, sobre todo teniendo el cuenta el coste de las entradas.
El castillo de Dunnottar se puede visitar todos los días del año excepto los festivos de Navidad, es decir, el 18, 25 y 26 de diciembre y 1 y 2 de enero. También se puede cerrar si las condiciones meteorológicas son extremas. El horario depende del mes del año:
1 de abril al 30 de septiembre: de 9 a 18h.
1 de octubre al 26 de octubre: de 10 a 17h.
27 de octubre al 31 de enero: de 10 a 17h.
1 de febrero al 29 de febrero: 10 a 16h.
1 de marzo al 31 de marzo: 10 a 17h.
El precio de la entrada es de 11,50£ por adulto, 10,50£ para mayores de 65 años y estudiantes con identificación con fotografía válida, 5£ para niños de 5 a 15 años. Los menores de 5 no pagan entrada. Hay descuentos especiales para familias. Para quienes deseen descubrir cada rincón del castillo, es recomendable dedicar al menos dos horas para recorrer el sitio con calma.
Es recomendable visitar la Web del castillo para obtener información mas actualizada. El acceso con silla de ruedas o carro de bebé no es posible debido a las escaleras de acceso. El acceso con perros es posible, siempre que y cuando vayan atados con una correa corta. Hay un aparcamiento antes de la entrada del castillo.
Los puntos más interesantes para la visita son:
Pasadizo
Nada mas bajas al acantilado y antes de ascender al castillo observamos a la derecha un pasadizo excavado en al roca que debía dar acceso la playa sur, donde posiblemente habría un embarcadero.
- Pasadizo
Puerta de entrada
Tras subir las escaleras empinadas escaleras, llegamos a la puerta de entrada. que representaba el primer nivel de defensa. Con un diseño pensado para repeler a los atacantes y limitar el acceso al castillo, demuestra la importancia estratégica de Dunnottar.
- Puerta de acceso
Alojamiento de Benholm
Este edificio, conocido como Benholm’s Lodging, es nombrado así en honor a un pariente de los Keith. La construcción desempeñaba un papel crucial como primera línea de defensa del castillo. Su ubicación estratégica permitía controlar tanto la llanura como la costa a través de cañones emplazados en sus alrededores. Consta de cinco pisos, excavados parcialmente en la roca, y albergaba una prisión en los niveles inferiores, mientras que los apartamentos se situaban en la parte superior.
Desde los tres niveles inferiores, tres troneras apuntaban hacia el exterior, proporcionando una defensa efectiva contra posibles ataques. Adicionalmente, dentro de la puerta principal, un grupo de cuatro troneras protegía la entrada, reforzando la seguridad del castillo y garantizando el control total sobre los accesos.
- Edificio
- Troneras
Torre del Homenaje
Construida alrededor de 1.400 d.C. por Sir William Keith, esta estructura residencial fue uno de los principales espacios habitables del castillo. Originalmente, contaba con un sótano abovedado de piedra, tres pisos superiores y una buhardilla. Sus dimensiones eran de 12 por 11 metros, y alcanzaba los 15 metros de altura hasta el frontón. Entre las habitaciones principales se incluían un gran salón y una cámara privada para el señor, mientras que los dormitorios se encontraban en el último piso.
Herrería
Junto a la torre se ubicaban una forja de herrero. Este espacio era un taller multifuncional, donde el herrero contribuía tanto a la vida doméstica como a la defensa del castillo.
Establos
Los Establos muestran la importancia de los caballos en la vida cotidiana y militar. Este espacio no solo albergaba a los animales, sino también a los trabajadores encargados de su cuidado.
Alojamiento de Waterton
Cerca de la casa-torre se encuentra Waterton’s Lodging, también conocida como la Casa del Sacerdote, una estructura construida alrededor de 1.574 d.C. Posiblemente diseñada para William Keith, hijo del cuarto conde Marischal, esta pequeña casa independiente contaba con un salón y una cocina en la planta baja, además de habitaciones privadas en el piso superior. Una característica distintiva es su escalera de caracol, que sobresale del lado norte de la casa. Este edificio lleva el nombre de Thomas Forbes de Waterton, un asistente del séptimo conde.
Capilla
La primera capilla fue consagrada en 1276 d.C. y, en 1297 d.C., William Wallace la incendió con una guarnición de soldados ingleses en su interior. Poco tiempo después, el edificio fue reconstruido y remodelado en varias ocasiones a lo largo de los años.
Palacio
El Palacio, situado al noreste del promontorio, fue construido entre finales del siglo XVI d.C. y mediados del siglo XVII d.C., bajo la dirección del quinto Conde Marischal. Este conjunto arquitectónico consta de tres alas principales dispuestas alrededor de un cuadrilátero, ofreciendo un alojamiento amplio y cómodo que reemplazó a las habitaciones más estrechas de la antigua torre del homenaje.
En el ala oeste, se distribuyen siete alojamientos idénticos, cada uno con acceso al cuadrilátero, ventanas y chimeneas. Sobre estos alojamientos se encontraba una galería de 37 metros de largo. Aunque actualmente carece de techo, esta galería originalmente lucía un elaborado techo de roble y exhibía una placa romana traída del Muro de Antonino. En el extremo norte de la galería, una sala de estar conectaba con el ala norte, y desde la casa de plata, al sur, se accedía a la galería a través de una amplia escalera.
El ala norte incluía almacenes y cocinas en el sótano, mientras que el comedor y una gran cámara se situaban en el nivel superior. Entre las alas norte y oeste se encuentra la puerta del agua, que daba acceso a una poterna situada en los acantilados del norte, facilitando el transporte y el abastecimiento por mar.
El ala este contenía una despensa, una cervecería y una panadería en su planta baja, mientras que en el nivel superior se encontraba una suite de apartamentos reservada para la condesa. En el ala noreste, los apartamentos del conde incluían el prestigioso «dormitorio del rey», donde se alojó Carlos II. En esta habitación se conserva una piedra tallada con las armas del séptimo conde y su esposa, junto a la fecha de 1.645 d.C.
Debajo de estas estancias se encuentra la Bóveda de los Whigs, un sótano de 15,8 por 4,6 metros donde mantuvieron prisioneros en 1.685 d.C a los Covenanters, un grupo de presbiterianos escoceses que se oponían a las imposiciones religiosas de la monarquía. Este espacio cuenta con una gran ventana oriental y una bóveda inferior accesible a través de una trampilla.
Unos pasillos junto al acantilado permiten admirar unas preciosas vistas al mar
Pasadizo de Wallace
Este pasadizo, que actualmente se usa de salida, toma el nombre de Wallace, dándole una importancia que no tiene, ya que es simplemente acceso y salida de la explanada del castillo..
Para facilitar la visita hemos creado este mapa para dispositivos móviles con los puntos descritos en el artículo.
Visita nuestra sección Sobre los mapas para saber cómo utilizar este mapa desde tu dispositivo móvil.
CÓMO LLEGAR AL CASTILLO DE DUNNAOTTAR
Para visitar el castillo de Dunnottar desde Edimburgo se pueden contratar la visita en alguna empresa especializada o realizarla por tu cuenta.
Para llegar al castillo en coche se debe tomar la autopista A90 en dirección norte hacia Dundee y Aberdeen. A 150 kilómetros, unas 2 horas y 15 minutos, tomaremos la salida hacia Stonehaven, el pueblo mas cercano.
Para llegar al castillo en transporte público se puede optar por el tren o por el autobús. El trayecto en tren con las compañías ScotRail o LNER dura 2 horas hasta Stonehaven, donde debemos recorrer los 3,5 kilómetros hasta el castillo en taxi o caminando por la costa. El trayecto es autobús es similar, hasta Aberdeen 3 horas, y taxi o paseo hasta el castillo.
ALOJAMIENTO EN EL CASTILLO DE DUNNOTTAR
La zona del castillo de Dunnotar y Stonehaven no dispone de grandes hoteles, pero si de diversos alojamientos donde pasar alguna noche.
NUESTRA VISITA AL CASTILLO DE DUNNAOTTAR
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Fabuloso artículo.
Me vendrá muy bien en mi próximo viaje a Escocia
Gracias Susana.
Espero que disfrutes del viaje tanto como lo hicimos nosotros.