Menorca, Nura para los fenicios y Meloussa para los griegos, es la segunda mayor isla del archipiélago balear y la que atesora la mayor huella arqueológica y cultural. Conocida por los antiguos navegantes como la isla del fuego debido a las fogatas que veían desde los barcos, Menorca alberga vestigios prehistóricos únicos: talayots, taulas y necrópolis milenarias. Un conjunto cultural que nos invitan a conocer la enigmática civilización que pobló esta isla al oeste del Mediterráneo. Acompáñanos por esta Ruta arqueológica por Menorca.
- Naveta des Tudons
UBICACIÓN
HISTORIA
En el segundo milenio a.C., las primeras poblaciones provenientes de la península ibérica llegan y se asientan en distintas zonas de Menorca. Durante la Edad del Bronce, nuevos pobladores europeos llegan a las islas del Mediterráneo y establecen asentamientos que comparten ciertos rasgos culturales. En Menorca, estos nuevos habitantes desarrollan la civilización talayótica, organizando sus poblados alrededor de talayots, estructuras troncocónicas de piedra caliza. Alrededor de estos talayots surgen santuarios monumentales en forma de herradura, construidos con muros ciclópeos y presididos por una gran columna monolítica rectangular con capitel plano, conocida como taula. La cultura funeraria de esta época también cobra importancia, con el desarrollo de las navetas, monumentales construcciones de piedra dedicadas a los enterramientos colectivos.
Hacia el año 1700 a.C., en el barranco cercano a la costa, se excavan las primeras cámaras funerarias en las paredes de caliza, dando origen a los hipogeos pretalayóticos. Estas cámaras, de planta circular y techo semiesférico, sirven como tumbas. Con el contacto con fenicios y griegos a partir del siglo XII a.C., las cámaras mortuorias comienzan a presentar influencias externas en su decoración, incluyendo capiteles tallados y elementos arquitectónicos como columnas, dinteles y cornisas en sus fachadas.
En el siglo VII a.C., el intercambio con los fenicios y griegos se intensifica, y los poblados talayóticos comienzan a fortificarse. Se erigen murallas, bastiones y torres de defensa para protegerse de incursiones. En el siglo III a.C., los cartagineses, en el contexto de las Guerras Púnicas, llegan a la isla. Magón Barca, hermano de Aníbal, funda los puertos de Magón (actual Mahón) y Jamma (actual Ciudadela). Los pobladores de Menorca son sometidos y algunos son reclutados para luchar contra Roma. En el 252 a.C., un intento de rebelión es sofocado brutalmente por parte de los cartagineses.
Con el fin de las Guerras Púnicas y la victoria de Roma, el control de las Baleares se encomienda al general Quinto Cecilio Metelo, quien conquista Menorca en el año 123 a.C. Las ciudades costeras comienzan a ganar protagonismo, mientras que poblados interiores, como Torre d’en Galmés, pierden importancia. En el siglo II a.C., con la llegada de los romanos, las antiguas cámaras funerarias pierden su función original. Adaptadas a las nuevas necesidades, estas cámaras se convierten en viviendas y establos; se tallan abrevaderos en las fachadas y se modifican los espacios interiores para albergar animales y suministros.
Tras la caída del Imperio Romano, en el año 427 d.C., Menorca queda vulnerable ante las nuevas fuerzas que emergen en el Mediterráneo. Los primeros en tomar el control de la isla son los vándalos, un pueblo germánico que, liderado por su rey Genserico, establece un reino en el norte de África y extiende su influencia hacia las islas Baleares. Bajo el dominio vándalo, Menorca sufre saqueos e inestabilidad con la destrucción de algunos asentamientos romanos y el declive de las infraestructuras urbanas y comerciales que Roma había establecido.
Posteriormente, en el año 534 d.C., el emperador Justiniano del Imperio Bizantino envía sus tropas al Mediterráneo occidental con el objetivo de recuperar los antiguos territorios del Imperio Romano de Occidente. Las Baleares, incluyendo Menorca, pasan entonces a formar parte del Imperio Bizantino. Durante esta época, la influencia bizantina se manifiesta en la arquitectura religiosa y en el resurgimiento del cristianismo en la isla. Se construyen iglesias y monasterios, y Menorca vive un período de cierta estabilidad y reconexión con el Mediterráneo oriental, aunque nunca alcanza la prosperidad de los tiempos romanos.
Sin embargo, esta relativa calma se ve interrumpida con la llegada de los musulmanes. A partir del siglo VIII, los musulmanes conquistan gran parte de la península ibérica y establecen el califato de Córdoba, expandiéndose hacia el Mediterráneo. En el año 903 d.C., las fuerzas musulmanas finalmente conquistan Menorca, incorporándola a Al-Ándalus. Durante el dominio musulmán, la isla experimenta importantes transformaciones en su economía, agricultura y organización social. Se introducen nuevas técnicas de cultivo, como el regadío y el cultivo de frutales y hortalizas, y se construyen sistemas de cisternas y acequias para aprovechar mejor los recursos hídricos de la isla. La sociedad se organiza en alquerías (pequeños pueblos o aldeas) y el islam se convierte en la religión predominante.
Este período musulmán se prolonga hasta el 1287 d.C., cuando Alfonso III de Aragón lanza una expedición para reconquistar Menorca y consolidar el control cristiano sobre las Baleares. La conquista de Menorca se convierte en parte de la expansión aragonesa en el Mediterráneo y marca el fin de la presencia musulmana en la isla. Tras la victoria, los musulmanes que habitan en la isla son en su mayoría expulsados o esclavizados, y Menorca es repoblada por cristianos procedentes de Cataluña y otros territorios de la corona aragonesa.
Este largo período de ocupaciones ha dejado una herencia cultural compleja y diversa en Menorca, cada civilización ha dejado su huella, contribuyendo a la identidad única de la isla.
- Cronograma
RUTA ARQUEOLÓGICA POR MENORCA
Debido a las pequeñas dimensiones de la isla, la ruta arqueológica por Menorca se puede realizar alojándose en un mismo lugar y desplazarse diariamente a cada punto de visita.
La isla de Menorca es un fantástico destino de vacaciones, especialmente en verano, donde es posible disfrutar de sus playas y calas alejados del ajetreo de otras islas del archipiélago con mayor cantidad de turistas.
Antes de comenzar con la ruta arqueológica por Menorca es recomendable consultar la Web de la Fundació Foment del Turisme de Menorca donde se puede encontrar información actualizada sobre horarios y precios.
Para facilitar la ruta hemos creado este mapa para dispositivos móviles con los puntos descritos en el artículo.
Visita nuestra sección Sobre los mapas para saber cómo utilizar este mapa desde tu dispositivo móvil.
Los sitios a visitar en esta ruta arqueológica por Menorca son:
Poblado talayótico de Trepucó
Este sitio arqueológico cuenta con un gran talayot central y una de las taulas más grandes y mejor conservadas de la isla. El poblado estuvo fortificado y se cree que fue uno de los asentamientos más importantes de la cultura talayótica en Menorca.
Naveta Rafal Rubi
La Naveta de Rafal Rubí es una construcción funeraria prehistórico que data de aproximadamente el 1.200 a.C. La naveta tiene una forma de barco invertido (de ahí su nombre «naveta», que deriva de «nave» en catalán) y está construida con grandes piedras calizas encajadas sin mortero, lo que refleja la habilidad arquitectónica de la cultura talayótica. Su estructura es sólida y presenta dos cámaras funerarias en su interior, lo cual es característico de este tipo de construcciones. La entrada se encuentra en la parte frontal y es estrecha, con un pasaje que da acceso a la cámara principal. La fachada es ligeramente curva y se caracteriza por su forma en «V» invertida, similar a la proa de un barco. Esta particular forma de construcción ha sido asociada con simbolismos relacionados con el viaje al más allá.
- Exterior
- Interior
Ciudad Talaiótica De Torralba
La Ciudad Talayótica de Torralba d’en Salord es uno de los yacimientos arqueológicos más destacados de Menorca y uno de los asentamientos más importantes de la cultura talayótica.
Situada en el municipio de Alaior, Torralba d’en Salord ofrece una valiosa visión de la vida y las creencias de los antiguos habitantes de la isla, y cuenta con algunos de los monumentos más impresionantes de la Menorca prehistórica, especialmente su taula y sus talayots.
Alrededor de la taula y los talayots, se encuentran los restos de diversas viviendas y áreas de uso común. Las estructuras de las viviendas, de planta circular u ovalada, muestran divisiones en habitaciones y áreas para almacenar alimentos y herramientas.
Como otros poblados talayóticos, Torralba d’en Salord estaba rodeado de murallas y defensas que protegían a sus habitantes de posibles ataques. Los restos de estas estructuras defensivas indican que los pobladores vivían en un entorno de constante vigilancia y seguridad.
Dentro del complejo arqueológico se encuentra una cueva natural que probablemente fue utilizada como santuario. Esta cueva fue empleada en tiempos talayóticos y en épocas posteriores para realizar ritos y ceremonias religiosas, y se han hallado en ella diversos artefactos, incluyendo cerámica y objetos de culto.
Disponemos de un completo artículo sobre este sitio aquí.
So Na Caçana
So Na Caçana es un importante sitio arqueológico talayótico cerca de la localidad de Alaior. Este yacimiento prehistórico destaca por sus monumentos religiosos. So Na Caçana cuenta con varios recintos sagrados y áreas de culto distribuidos alrededor de la taula, lo que indica que el sitio tenía una función principalmente religiosa. Las construcciones son de gran tamaño y tienen muros de piedra bien preservados, con divisiones en cámaras que sugieren que cada área cumplía con diferentes funciones ceremoniales.
Torre d’en Galmés
Situado en una colina con vistas al sur de la isla, este es uno de los poblados talayóticos más grandes de Menorca. Incluye numerosos talayots, viviendas y estructuras defensivas. Desde la cima, se obtiene una vista impresionante del paisaje, lo que demuestra la ubicación estratégica elegida por los antiguos habitantes.
- Muros ciclópeos
Disponemos de un completo artículo sobre este sitio aquí.
Poblado Talayótico de Torretrencada
Este yacimiento situado en el término municipal de Ciutadella corresponde a un poblado talayóticos algo mas pequeño que otros poblados de la isla, aunque conserva importantes elementos arquitectónicos, especialmente una taula singular. Esta, aunque ha perdido el capitel superior, se mantiene en pie y sigue siendo un símbolo poderoso del sitio. La taula es característica de la arquitectura religiosa de la cultura talayótica y estaba ubicada en un recinto en forma de herradura, donde se cree que los antiguos menorquines realizaban ceremonias y ritos de adoración. La estructura de la taula y el recinto circundante sugieren una función ceremonial que estaba centrada en el culto a deidades o fuerzas naturales.
Uno de los elementos más interesantes del yacimiento es un sistema de recogida de agua que muestra el ingenio de los talayóticos para aprovechar los recursos naturales. Estos sistemas de captación de agua de lluvia eran esenciales para la supervivencia en la isla y permiten observar cómo los antiguos menorquines resolvían el abastecimiento de agua en un entorno limitado.
En los alrededores del poblado, se han encontrado algunas cuevas funerarias, utilizadas para enterramientos colectivos. Estas cuevas son un reflejo de las creencias y rituales funerarios de la cultura talayótica, y aunque son menos monumentales que las navetas, desempeñaban un papel importante en las prácticas funerarias de la comunidad.
Naveta des Tudons
Construida entre los años 1.400 y 1000 a.C., la naveta es una construcción funeraria en forma de nave invertida, hecha de grandes bloques de piedra encajados sin mortero, utilizando la técnica ciclópea.
Mide alrededor de 14 metros de largo y 6,5 metros de ancho, y cuenta con una estructura alargada y curvada que se estrecha en la parte superior, imitando la forma de un barco. La habilidad y precisión en la colocación de las piedras son testimonio de la avanzada técnica constructiva de la cultura talayótica.
En su interior, los arqueólogos han hallado restos óseos humanos y diversos artefactos funerarios, como piezas de cerámica, adornos de bronce y armas. Estos objetos indican que los antiguos habitantes de Menorca practicaban un tipo de enterramiento colectivo y colocaban ofrendas junto a los cuerpos de los difuntos.
Son Catlar
Son Catlar es uno de los poblados talayóticos más grandes y mejor conservados de Menorca. Representa un notable ejemplo de la cultura talayótica en la isla. Situado a unos 7 kilómetros de Ciutadella, este asentamiento data de la Edad del Hierro. Se caracteriza por sus estructuras defensivas, su complejo sistema de murallas y sus monumentos arquitectónicos. La muralla ciclópea de Son Catlar es una estructura defensiva de más de 800 metros de largo que rodea el poblado. Construida con grandes bloques de piedra sin mortero, tiene un grosor de hasta tres metros en algunos puntos y muestra diferentes fases de construcción y refuerzo, probablemente realizadas a lo largo de los siglos. Además, cuenta con varios bastiones y puertas para controlar el acceso y defender el poblado de posibles ataques.
En el yacimiento de Son Catlar, los arqueólogos han encontrado varios aljibes y sistemas de captación de agua. Estos elementos fueron esenciales para la supervivencia de los habitantes en una región con recursos hídricos limitados. Los aljibes muestran el ingenio de la cultura talayótica en la gestión del agua y evidencian su capacidad de adaptación al entorno natural.
Dentro del recinto amurallado se encuentran varios talayots, estructuras en forma de torre troncocónica características de la cultura talayótica. Estos talayots probablemente cumplían funciones de vigilancia y defensa, además de servir como puntos de reunión para la comunidad. Aunque algunos de estos talayots están en ruinas, su disposición sugiere una organización estratégica en torno a la muralla y otros elementos del poblado. La visita es libre y el lugar esta escasamente excavado.
Necrópolis de Cala Morell
Un complejo de cuevas funerarias excavadas en la roca que datan de la época pretalayótica. Algunas de las cámaras presentan elementos decorativos influenciados por las culturas fenicia y griega, como columnas y capiteles tallados. Estas cuevas acogieron prácticas funerarias durante varios siglos y muestran cómo evolucionaron en Menorca.
- Hipogeo 11
- Hipogeo 6
- Entrada a hipogeo 3 y 2
- Acceso a la necrópolis
Disponemos de un completo artículo sobre este sitio aquí.
Otros sitios
Además de los lugares indicados en el artículo, la isla alberga pequeños yacimientos talayóticos dispersos en zonas rurales. Estos sitios, menos conocidos y de menor tamaño que los principales asentamientos, conservan restos de talayots, viviendas y áreas ceremoniales. En ellos, se observa cómo la cultura talayótica se extendía por toda la isla.
CÓMO MOVERSE
Para moverse por esta ruta arqueológica por Menorca y explorar sus yacimientos arqueológicos se recomienda el uso de un coche de alquiler. Es posible la visita en transporte público, pero no siempre las paradas estarán en los yacimientos y será obligatorio caminar.
ALOJAMIENTO
Menorca es una isla turística, por lo que hay alojamientos para todos los gustos. Los meses de verano la afluencia de turistas es mayor y se debe tener cierta antelación en la reserva.
NUESTRA VISITA
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