El coliseo de Roma, conocido en época del Imperio Romano como el Anfiteatro Flavio, es una colosal construcción del siglo I d.C. levantada para albergar a 65.000 espectadores. Luchas de gladiadores y fieras, recreaciones de batallas terrestres y navales, la exhibición del poder del mundo antiguo, pan y circo para el pueblo romano.
UBICACIÓN
El Coliseo de Roma se encuentra en la conjunción de las calles Piazza del Colosseo y Via Celio Vibenna en el barrio romano de Campitelli en Italia.
HISTORIA
En el año 29 a.C., poco antes de la proclamación del imperio, el cónsul romano Estatilio Tauro manda construir un anfiteatro al este del foro romano, en la zona sur del campo de marte. Esta construcción es costeada en su totalidad por el cónsul que ha amasado una gran fortuna como hombre confianza de Octavio. Con poco menos de un siglo de uso el anfiteatro queda destruido en el gran incendio que asola Roma en el año 64 d.C.
El emperador Nerón, tras la tragedia, se apropia de los terrenos que donde estaba el anfiteatro y edifica una enorme villa a la que nombra Domus Aurea. La nueva residencia del emperador se rodea de grandes jardines y construye un lago artificial donde se ubicaba el destruido anfiteatro. En la entrada sitúa una colosal estatua de bronce de 30 metros que representa la figura del propio Nerón.
A la muerte de Nerón estalla una guerra civil por el control del imperio. Durante los años de lucha se suceden hasta a cuatro emperadores en un mismo año. Durante el conflicto la villa sufre diversos daños, lo que empuja a Vespasiano, una que se alza finalmente como nuevo emperador, a demolerla y devolver parte del espacio al pueblo de Roma. En el año 72 d.C., con el dinero del botín obtenido del saqueo y destrucción del segundo Templo Judio de Jerusalén, se inician las obras del nuevo anfiteatro en el espacio que ahora ocupa el lago, en el mismo centro de Roma.
Para la construcción se cuenta con la enorme masa de prisioneros obtenidos en las recientes conquistas. Los esclavos se encargan de la parte mas dura, la obtención y transporte del travertino desde la cantera de Tivoli situada a 30 kilómetros. Los ingenieros, constructores y demás artesanos romanos se encargan del trabajo especializado. Vespasiano muere en el año 79 d.C. sin ver terminado el anfiteatro. Su hijo Tito lo termina en el año 80 d.C. y lo celebra con unos juegos inaugurales a los que todos los ciudadanos romanos pueden asistir. En estos juegos hasta 9.000 animales salvajes son traídos de todo el imperio para generar un gran espectáculo. El Anfiteatro, que toma el nombre de Flavio por el apellido de Vespasiano y Tito, ya es un hecho.
Pocos después el emperador Domiciano, hijo también de Vespasiano, acomete una serie de mejoras que permiten llegar hasta un aforo de 65.000 espectadores. Se crea un diseña polivalente para la arena construyendo un hipogeo que permite inundar la arena para representar batallas navales o hacer aparecer desde el suelo animales y gladiadores. El Coloso de Nerón aún en pie a su lado, le da al anfiteatro el apodo de Coliseo.
En el año 217 d.C. un nuevo incendio asola Roma y daña las gradas de madera del Coliseo. Diferentes intervenciones en los años 240, 250 y 320 d.C. consolidan el anfiteatro. El terremoto del 443 d.C. propicia nuevas reparaciones en diferentes etapas durante los siglos V y VI d.C., aunque una vez que ha caído el imperio el uso del espacio para luchas de gladiadores quedo abolido. La celebración de espectáculos se van reduciendo debido al alto coste que suponen para las arcas públicas de una ciudad que ya nunca será la dueña del Mediterráneo. El anfiteatro cae para siempre en desuso, convirtiéndose, junto a otros restos, en una cantera para nuevas construcciones.
El coliseo de Roma nunca ha dejado de estar presente en la ciudad como huella de un glorioso pasado. Objeto de poder para un imperio y herramienta política para complacer a sus ciudadanos. El pan y el circo con el que los emperadores calmaban al pueblo en los momentos de crisis. Algunos cálculos hablan de la perdida de hasta 200.000 vidas humanas en su arena, multiplicando en varias veces la de animales.
A finales del siglo XIX d.C. se comienza a excavar el anfiteatro de manera científica. Tarea que ha continuado durante el siglo XX d.C. Hoy en día las tareas de consolidación, y una casi inexistente musealización, se mezclan con la multitud de turistas que acuden a la ciudad eterna.
QUÉ VER EN EL COLISEO DE ROMA
El Coliseo de Roma es uno de los monumentos mas visitados de Roma y por ende del mundo. Su situación, junto a otros importantes monumentos de la ciudad italiana, hacen de este lugar objeto deseado de los turistas.
El horario de visita comienza a las 8.30h todos los días del año, excepto el 1 de enero, 1 de mayo y el 25 de diciembre en que no abre sus puertas. El horario de cierre difiere dependiendo de época del año, y esta sujeto principalmente al ocaso del día.
- Desde el último domingo de octubre al 15 de febrero: cierre a las 16.30h.
- Desde el 16 de febrero al 15 de marzo: cierre a las 17h.
- Desde el 16 de marzo al último sábado de marzo: cierre a las 17.30h.
- Desde el último domingo de marzo al 31 de agosto: cierre alas 19.15h.
- Durante el mes de septiembre: cierre a 19h.
- Desde el 1 de octubre al último sábado de octubre: cierre a las 18.30h.
El precio de la entrada es de 12€, aplicando descuentos para jóvenes de 18 a 25 años que pertenezca a la Unión Europea. Los menores de 18 años pueden obtener entrada de forma gratuito. Existen ciertas fechas donde se puede acceder sin necesidad de entrada: 9 de mayo, 5 de junio, 29 de junio, 23 de junio, 23 de septiembre, 4 de octubre y 4 de noviembre, 22 de noviembre y 8 de diciembre, además de los primeros domingos de los meses de enero, febrero, marzo, octubre, noviembre y diciembre. La entrada combina el acceso del Coliseo con el Foro y el Palatino, y tiene una duración de dos días.
El tiempo de visita varia entre 2 y 3 horas dependiendo de las zonas que se visiten. El aforo máximo es de 3.000 personas. Si se llena se debe esperar a que salga visitantes. El acceso con carros de bebé o silla de ruedas es posible siempre que no se suban o bajen niveles.
Los puntos más interesantes para la visita son:
Fachada
La monumental fachada el Coliseo de Roma combinan tres ordenes arquitectónicos: el jónico y el corintio, del clásico griego, y toscano, de herencia etrusca. Los cuatro niveles que se pueden apreciar en la fachada no tienen correspondencia con los niveles interiores. Los 3 primeros niveles los forman sucesivas líneas de arcos sobre pilastras, donde posiblemente se alojaban estatuas. El cuarto nivel es una pared ciega con pilastras adosadas donde se intercalan ventanas cada dos vanos. Este cuarto nivel es un compuesto de diversos órdenes, algo que parece habitual en la arquitectura romana. El anfiteatro disponía de 76 accesos numerados de entrada y salida para los espectadores, además cuatro entradas orientadas a los puntos cardinales. La del norte reservada para el emperador, y las otras tres las élites. El colapso del muro perimetral destruyó parte de estas entradas, además de la misma fachada, pudiendo observar a día de hoy las que van desde las XXIII (23) a la LIV (54). Sobre los muros de la fachada se sostenían 240 mástiles que soportaban un toldo retráctil que permitía cubrir a los espectadores de las inclemencias del tiempo, ya fuera sol o lluvia. La tela de vela estaba hecha cuerda y cubría dos tercios de la arena. A día de hoy solo se puede observar parte de la estructura donde se sostenían los mástiles.
Cavea
Las gradas se asientan en una compleja estructura que se eleva a través de pilastras y arcos de travertino donde no se hace uso de ningún tipo de argamasa. La base fue construida a base de toba sobre unos cimientos de hiladas de argamasa de cal y piedras alternadas de hasta 13 metros de profundidad. Los asientos estaban separados según el orden social, reservando las gradas mas cercanas a las élites políticas, judiciales y religiosas, ademas de para el propio emperador que disfrutaba del mejor espacio. A continuación se situaban los asientos para los aristócratas que no ostentaba cargo público. Después se situaban los plebeyos: primero los ciudadanos romanos de mayor poder adquisitivo, seguidos por los ciudadanos de menor poder económico. En la parte mas alta, en asientos de madera, se situaban los mas desfavorecidos, los esclavos y las mujeres. Una serie de accesos permitían desalojar a todos los espectadores en muy poco espacio de tiempo.
Arena e hipogeo
El espacio ovalado sobre el que desarrollaba el espectáculo tiene un tamaño de 83 metros de largo por 48 metros de ancho en sus puntos mas alejados. Inicialmente era un espacio de arena que descansaba sobre la base del suelo. Unos acceso permitían la entrada de los las personas que representaban el espectáculo y la introducción de animales. El emperador Domiciano emprendió una reforma que dotó al anfiteatro de una zona bajo el escenario donde levantar escenografías directamente sobre la arena. Del suelo surgian, a través de plataformas y poleas, luchadores y animales. Se han encontrado restos de un sistema hidráulicos que permitía inundar la arena de agua para poder representar batallas navales. Hoy en día se ha reconstruido una parte de la arena para mejor interpretación del lugar.
Para facilitar la visita hemos creado este mapa para dispositivos móviles con los puntos descritos en el artículo.
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CÓMO LLEGAR
La mejor manera de llegar al Coliseo de Roma es tomando el transporte público. Junto al Coliseo se encuentra la linea de metro MEB, con la parada Colosseo. También se encuentra la parada de autobús Colosseo (MB), además de las líneas 51, 75, 85, 87, N2 y N11. Las lineas de tranvía 3 y 8 también pasan junto al anfiteatro. Otra posible opción es coger un taxi.
No es recomendable ir en coche debido a la ausencia de parking público.
Si vamos directamente desde el aeropuerto de Roma-Fiumicino necesitaremos una hora para llegar al Coliseo.
ALOJAMIENTO EN ROMA
Roma es uno de los destinos turísticos mas importantes a nivel mundial. Todas las opciones de alojamiento están contempladas. Desde grandes cadenas hoteleras, a pisos turísticos, albergues o pequeños hoteles. Para todos los gustos y bolsillos.
NUESTRA VISITA AL COLISEO DE ROMA
El Coliseo de Roma es un lugar espectacular, testigo del poder de una de las civilizaciones mas importantes de la historia. La ubicación, junto al foro, el palatino, el arco de Constatino, el Mercado de Trajano y el circo máximo, hacen de lugar un destino soñado por cualquier amante de la historia occidental.
Es importante mencionar las grandes colas que suele haber para comprar las entradas y que pueden desmerecer la visita. Es aconsejable por pocos euros más adquirir las entradas a través de Musement y ahorrase los tiempos de espera. Junto a la entrada es posible contratar una visita guiada.
Sin lugar a dudas si vas a Roma y no debes perderte el Coliseo. Tampoco debes dejar de visitar el foro, el arco de Constantino, el circo Massimo, el foro de Trajano, las termas de Caracalla… la lista en enorme y se requieren de días y días para contemplar el legado de Roma en el mismo corazón de Roma.
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